lunes, 12 de octubre de 2009

LOS NOMBRES DE CRISTO MUESTRAN QUE ES EL HIJO DE DIOS



titulo: Los nombres de Cristo demuestran que es el Hijo de Dios.
texto: Juan 1 1:40.
INTRODUCCIÓN: El tema del Evangelio de Juan es que Jesús es el Hijo de Dios (20.30, 31), y en este primer capítulo prueba su afirmación. Al leer este maravilloso capítulo no puede menos que ver que Cristo es el Hijo de Dios debido a los nombres y títulos que lleva, las obras que realiza y los testigos que le conocieron personalmente y declararon quién es.
A. Él es el Verbo (1.1–3,14).
Así como las palabras revelan nuestra mente y corazón, Cristo revela a los hombres la mente y el corazón de Dios. «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14.9). Una palabra o verbo se compone de letras, y Cristo es el Alfa y la Omega (primera y última letras del alfabeto griego; Ap 22.13), quien nos deletrea el amor de Dios. En Génesis 1 Dios creó todo por medio de su Palabra; y Colosenses 1.16 y 2 Pedro 3.5 indican que esta Palabra era Cristo. En tanto que Dios se puede conocer en parte a través de la naturaleza y la historia, se le conoce a plenitud a través de su Hijo (Heb 1.1, 2). Cristo, como el Verbo trae gracia y verdad (Jn 1.14, 17); pero si los hombres no le reciben, esa misma Palabra se convertirá en ira y juicio (Ap 19.13). La Biblia es la Palabra escrita de Dios y Cristo es el Verbo de Dios, vivo y encarnado.
B. Él es la luz (1.4–13).
El primer acto creador de Dios en Génesis 1 fue producir la luz, porque la vida proviene de la luz. Jesús es la luz verdadera, o sea, la luz original en la cual toda luz tiene su fuente. En el Evangelio de Juan se puede hallar el conflicto entre la luz (Dios, vida eterna) y las tinieblas (Satanás, muerte eterna). Esto se indica en 1.5: «La luz en las tinieblas resplandece [tiempo presente], y las tinieblas no han podido apagarla o contenerla» (traducción literal). Nótese 3.19–21; 8.12 y 12.46. Segunda de Corintios 4.3–6 pinta la salvación como la entrada de la luz en el corazón en tinieblas del pecador (véase también Gn 1.1–3).
C. Él es el Hijo de Dios (1.15–18,30–34,49).
Fue esta afirmación la que enardeció a los judíos y los llevó a perseguir a Cristo (10.30–36). Nótense las siete personas en el Evangelio de Juan que llamaron a Cristo el Hijo de Dios: Juan el Bautista (1.34); Natanael (1.49); Pedro (6.69); el ciego sanado (9.35–38); Marta (11.27); Tomás (20.28); y el apóstol Juan (20.30, 31). El pecador que no cree que Jesús es el Hijo de Dios no puede ser salvo (8.24).

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